TEXTO SOBRE ARTE URBANO

Terminada mi andadura por la ciudad de Salamanca para acercarme a la Universidad a formarme y desarrollar mi personalidad, mientras trataba de forjarme un futuro, sin idealizar mi profesión y segura de saber lo que quiero o me gusta, me enfrasqué una tarde con unas amigas que traían de nuevo a Tacho,

La historia podría resultar bonita y hasta romántica, pero mis intenciones no iban más allá de poder enmendar mi forma de ver las cosas, hecho que acaeció un poquito más tarde de lo que yo pensaba.

Aquella tarde, tomamos un café especial, mis amigas y Tacho quien tuvo que buscar trabajo fuera de Castilla y León

Mientras me formaba, ya siguiendo las pautas sociales que me acaecían por entonces, quería poner en funcionamiento la lección primera que aprendimos durante la carrera universitaria, esto es… un periodista… ¿se nace o se hace?, (yo creo que ambas cosas), pero no es periodismo, sino es capacidad de desarrollarme teniendo en cuenta que me gustaría ser algo más que un ganapán o un romántico empedernido que escribe sin sustancia, o un maestro de la pluma con carencia en sus necesidades. Para llegar a ello el Señor nos pone caminos que nos llevan de la mano para la realización de nuestros intereses de carácter vital.

Pues bien, a lo que iba, Tacho que así se llama, me ayudó por entonces con un trabajo especial para el cual me dio una cantidad de dinero, que hoy puedo devolver sin compromiso de ningún tipo. La idea era grandiosa, escribir, probar a ver qué era eso…  pues bien tengo una tesis en casa editada en formato similar al de un doctorado, es un pequeño retazo de toda una afortunada idea, surgida de lo más “in”, lo que vivía la urbe por entonces…

La idea era muy buena, ya digo… escribir sobre los graffiti.

Tacho ha recorrido un montón de ciudades visitando uno por uno los grandes “tags” de las mejores ciudades de España, pero aún nos queda por verificar (queremos entender que así fue) si están todos los que son o son todos los que están, el libro en formato atractivo visualmente y sencillo texturalmente nos acerca a los grandes genios de un arte cuya defensa hago de que hay que considerarlo un arte urbano, un arte de ciudad y no un museo donde están los cuadros lo que viene a significar que un graffiti nunca llegará a ser un cuadro, es más ni tan siquiera se utiliza el mismo material, los graffiti emplean lacas de colores…

Los hemos visto trabajar. El barrio de mi pequeña Salamanca que más ha potenciado este arte, ha sido escenario de un anual concurso de graffitis, donde se jugaban no sólo la posibilidad de promocionar socialmente, sino también dejar constancia de un arte que hoy por hoy sigue siendo la mejor forma de desarrollar una vocación, que lleva a muchos de los chicos que han participado en diversas ocasiones prestando su mano de obra para decorar calles y paredes, sin despreciar su arte, pero además permitiendo que las pinturas sin tino con garabatos y fealdades pasen a ser un “residuo urbano” que no gusta a nadie,.. “cuatro bobos” que pintan por hacer una gracia… menuda idea.

En Zoes, que es como se llama el barrio, encontramos muestra fehaciente de todo lo que estamos diciendo. Hay dibujos, unos más bonitos que otros que imprimen carácter a un vecindario que se deja envolver por el arte de la pintura urbana.

De entre todas las obras que hay por las calles del Oeste de Salamanca, hay una que es mi favorita, está en una pared de un garaje, el Garaje del Oeste, que representa un niño y de fondo una imagen muy bien trazada sobre la Catedral de Salamanca. Muchas veces me he preguntado quién habrá hecho esa obra. Es muy buena, y  pensando, pensando lo que pasó antaño… que       pintarrearon algunos con laca de color el becerro situado en el Puente Romano, así como otros lugares de la ciudad habían sido mal decorados y pintados con indecencia por jóvenes proscritos, que quizás hoy, el mañana del ayer, se manifiestan como insulsos e innecesarios hacen que su presente se manifieste con orden, control y estímulos artísticos… quizá los autores son hoy los que tuvieron que purgar sus culpas… supongo que aquello quedaría así resuelto. Decía la prensa de aquel momento que esos jóvenes que habían maltratado la ciudad pagarían sus multas o quizás podían realizar un trabajo social para incorporarse a una sociedad que les acoge con entusiasmo, por ser savia joven capaz de idear diferentes pinturas que hablan por sí solas de una promoción muy relevante en cuando al arte de los graffitis se refiere.

Es pues este retazo de texto que intenta manifestar una realidad que ha ido cambiando con el tiempo, desde su aparición sobre trenes y paneles de publicidad, hasta la creación de arte de mano de artistas anónimos que dejan constancia de su paso, cada uno según ha entendido:  un arte que nos ha marcado como sociedad madre que aprecia a todo aquel que quiere gritar con colores por la transgresión de los artistas de a pie.

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