En pleno otoño sufriendo el frio y el agua de un tiempo crudo y destemplado, en la séptima semana de un tiempo de espera a la llegada de la Cuaresma, y que supone la llegada el próximo domingo del llamado Domingo de Carnaval… hasta el miércoles de ceniza… vivimos pues la ilusión de los carnavales: “Don Melón y Doña Endrina” son los protagonistas de una festividad llena de colorido, sapiencia popular y cánticos irónicos de las denominadas murgas que son en verdad símbolos todo ello de una necesidad humana de mirarse al ombligo para discernir con sorna y gracia entre lo bueno y lo malo, lo criticable y lo encomiable, lo deseado y lo conseguido.
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