¿Qué le pasa a España?: Nos encontramos en un momento en que los ciudadanos se han convertido en rebeldes en contra, en contra de una resolución judicial conocido como “procés”… pero, ¿a qué se debe esto?:
Por allá por el 1 de octubre de 2017 se celebró en Cataluña un referéndum ilegal que desde aquella fecha había dejado en el País Catalán, una representación de los independentistas. La celebración de dicho plebiscito ha dejado una marca, una mácula, una señal que deja constancia en el ámbito político-social de una Comunidad Autónoma cuyo gobierno ha dejado una laguna para entender y comprender cómo se desarrolla el día al día en una zona donde el sentimiento de ser ente nacional abre una herida en sí mismo para defender la república y la independencia.
La actitud de los que buscan la autodeterminación se basa en una pugna contra la ilegalidad. Puigdemon y tres exconsejeros han huido a Europa y a pesar de la orden de detención presentada por España no han podido “echarles el guante”. No así otros ciudadanos catalanes como Oriol Junqueras que han sufrido en carne viva la sentencia del “procés”, y otros activistas de la misma ideología han visto como la resolución judicial, les condenaba desde 13 años de prisión e inhabilitación, hasta una multa de 200 euros e inhabilitación de 1 año y 8 meses. (Esto es parte del “procés”, y estas son las penas mayor y menor de los políticos detenidos).
Dicha resolución que afecta a los partidarios de la ruptura y separatistas catalanes hace que el problema no sólo tenga carácter político sino que además presenta una situación que transforma lo que es un sentimiento profundo en una cuestión que se personifica en un pueblo con una actitud de desorden político, o lo que es lo mismo, algo social lo trasladan al ámbito personal… y es que las manifestaciones y reuniones pacíficas pueden, más tarde o más temprano, convertirse en violencia para llegar a ser una guerra, un nuevo concepto de guerra. La violencia, la rebelión, han sido descartadas en el “procés” que no da pie a la idea de sedición.
Desde el día 22 de octubre de 2019 en que tuvo desarrollo la cuestión judicial, el pueblo se ha alzado en muchas protestas o manifestaciones que hacen de la ciudadanía catalana defensores acérrimos de la independencia en contra de la resolución judicial.
No sabemos el futuro, éste resulta incierto, pero esperamos que no vaya a más que lo acontecido (algo más de dos centenas de detenidos y 29 ingresos en prisión). Mi miedo tengo de la resolución de este conflicto.
Creo y no quisiera ser mal interpretada que una de las cuestiones a tener en cuenta debería ser la modificación de la Constitución Española de 1978. Se habla casi manidamente de la aplicación del artículo 155. Pues bien puedo comentar que este artículo está creado pensando en las Comunidades Autónomas en caso de una rebelión de carácter regional tal como ha ocurrido. Su texto llega a declarar que el poder lo otorgará el Estado y bloqueará el gobierno de talante territorial, por considerarlo no apto.
Pero la reforma constitucional no sólo defendería una España en busca de cohesión nacional, también habría que solventar el problema de la Corona, que se manifiesta en su Título Segundo, ideado para declarar como Rey a un varón, cosa que deja un vacío legal frente a la actual Princesa de Asturias que por orden de sucesión se convertirá en Reina del Estado Español.
“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la Autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas” Este artículo 2 de la Constitución deja clara la posición de los demócratas por antonomasia que encuentra en la unidad territorial una forma de entender el estado de bienestar frente a los que buscan una segregación basada en el intento de independizarse.
La solución de Torras (el actual Presidente de la Generalitat) pasa por la intención de “volver a poner urnas para la autodeterminación”.
De momento los catalanes sufren los perjuicios debidos a las manifestaciones que tienen lugar en plena calle: han provocado un descenso de las ventas de los comercios y bares del centro de Barcelona, debido a los disturbios…
También el futbol queda resentido, el derbi entre Futbol Club Barcelona y Real Madrid que debería haber tenido lugar el día 26 de octubre se pospuso hasta el 18 de diciembre. El evento tuvo lugar en el “Camp Nou”. El resultado un empate: no hubo ningún gol, pero las turbulencias y reacciones violentas no dejaron de aparecer con manifestaciones de unos seguidores, que echaron unas pelotas amarillas al terreno del juego, en las que ponía el lema mismo de las pancartas extendidas en la grada: Spain sit and talk, que quiere decir: España siéntate y habla. También tenían previsto utilizar un par de drones que los Mossos de Esquadra pudieron intervenir cuándo los iban a introducir en el Estadio de futbol. Hubo como decimos manifestaciones violentas de tal modo que las cifras declaran un total de 9 detenciones y 54 heridos
Pero ¿qué es de mi España? Han ocurrido otros acontecimientos que han dejado huella y conflictos en la relación Catalana-Española, y es que el 19 de diciembre, ha intervenido en el ámbito de la Comunidad Catalana el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y ha declarado la inmunidad de Junqueras, defendiendo que si bien es eurodiputado no tendría que estar en la cárcel, esto es que contra la sentencia del “Procés” que el Tribunal Supremo de España y cómo decimos más arriba, había sentenciado y llevado a cabo su encarcelación, ¿hasta que punto queda anulada por ley europea?. Todo se traduce en la posibilidad de obtener la toma de posesión de eurodiputado
La consecuencia inminente de dicha resolución abre paso a la actuación de Puigdemon, quien pronto recibirá las credenciales de Eurodiputado lo cual le abre las puertas a la defensa de un independentismo, que queda protegido frente a una situación en contra de la ley, algo que Europa parece permitir tras el nombramiento del 12 de julio de los Eurodiputados.
España, mi España, y ahora que se acaba el año, (no sabemos si ocurrirán cosas noticiosas), nuestro país, se presenta como un lugar falto de un político que encabece el gobierno, no decimos el poder sino el gobierno, ya llevamos dos elecciones, la primera no se resolvió pues no hubo investidura, la segunda de las elecciones, que podría ser, evitaran la incertidumbre de un Estado sin gobierno, se ve hoy desfavorecida por la sentencia de Europa, ya que se han roto las conversaciones con los políticos catalanes, provocando así la situación de indefensión frente a una situación política en que la contradicción provoca un sentimiento de búsqueda de resolución pero una solución que parece no llegar. ¿Hasta cuándo esta situación de laguna de gobernabilidad? Llevamos mucho tiempo, más de lo que querríamos con un Gobierno en Funciones que no termina de encontrar resuelto su problema autonómico, ni halla responsable que dicte las directrices de una política como Dios manda, con Presidente y ministros.