Los medios y el coronavirus

Aquella mañana mientras escuchaba las noticias, salió al foro del espacio público, (esto es, a los mass media, a los medios de comunicación) una expresión que era en sí misma un componente imprescindible para entender algo que se venía fraguando desde diciembre de 2019, sobre lo que sufría y sufriría (y además sufrirá) la salud de no una nación o una tierra en particular sino algo que ataca a la humanidad en toda su extensión territorial, esto es al mundo terrenal.

Lo que a buena ciertamente llegó aquella información venía expresado de forma peculiar, por entonces se hablaba de la “contención reforzada”, denominando así  una enfermedad que se ha llegado a convertir en una pandemia muy dolorosa para los seres humanos, los ciudadanos, que hoy conocemos como “Coronavirus” o “COVID 19”-Pero: ¿Qué es todo esto?, hablaban de China, de una enfermedad que también llegaba a España, de lo que no fuimos conscientes hasta marzo, pero ya en febrero veíamos personas que en las estaciones de los medios de locomoción, tanto por carretera, vía de tren o vía aérea… veíamos, ya decimos, algunas personas que se cubrían la boca y la nariz con una mascarilla.

Será en la segunda semana de marzo cuando seamos conscientes de lo que acontece: El Estado está entrando en una crisis de talante sanitario por lo que supone un riesgo para la salud debido a un virus que vino de oriente (dicen que el origen del virus está en los murciélagos). Es algo muy peligroso, pero no sólo afecta a la salud de los individuos, uno por uno a todos, por el contagio, sino que entra además en lo que se denomina “Estado de Alarma”. Vengo a decir que entramos en una situación difícil, compleja pero sí prevista en el texto de nuestra Constitución. Este estado especial ha consistido en vivir confinados… (Quiero recordar que aún no ha finalizado esa situación de cuarentena y clausura).

El problema no afecta sólo a la salud, también y debido a las circunstancias de dicho estado, este problema se amplía a la economía de un país que ha permanecido coartando la libertad de forma muy dolorosa. No podíamos salir de casa, y cada vez ern más los enfermos y los contagios, pero lo peor, las muertes.

En el mundo son millones los fallecidos, y son muertes crueles, ni un simple sepelio, ni una despedida para evitar la depresión de vivir el duelo de alguien a quien no volverán a ver.

Al principio todo era novedoso y no nos lo creíamos pero ahí estaba este fado tal virus que afecta al sistema respiratorio, hace perder la capacidad de olfato y gusto ahí estaba, ahí está dando fiebre, (son estos algunos de los síntomas).

Lo más importante en el proceso que vivimos que han denominado desescalada (ya que vamos dándonos márgenes de libertad, para volver a la normalidad) consiste en pasar por 4 fases. Pero es ahí donde se manifiesta nuestra solidaridad, y sobre todo nuestra responsabilidad.

El hecho de esta acción de ir evaluando la gravedad de la pandemia nos lleva a considerar que en cada Comunidad Autónoma, se están encargando de su territorio para aceptar, según las condiciones, la fase en la que se encuentra cada provincia.

Madrid, Barcelona y Castilla y León han estado y permanecen a la cola del proceso de vuelta a la normalidad que a principios de junio no ha pasado de la fase 1.

Si analizamos un poco la situación, el gobierno que nos representa como poder político al servicio de la ciudadanía ha ido paulatinamente pidiendo prórrogas para no acabar con el Estado de Alarma.

Mi opinión personal, ahora que vivimos esta situación atípica, se manifiesta con dos resoluciones que habrían de tener un mismo fin, encontrar de nuevo el Estado del Bienestar al volver a la normalidad, y encontrarnos con el nuevo estado de globalización.

Por un lado la cuestión económica. Ahora que Europa nos ha concedido su préstamo a “fondo perdido” estamos en condiciones de superar los problemas, no sólo de los trabajadores por cuenta ajena, sino también los autónomos, apechugar con lo que hay y repartir esos montantes de forma que todos queden beneficiados, volver todos a sus puestos de trabajo, cuidar sus empresas aún en condiciones peliagudas… la ayuda se está distribuyendo. Pues bien, si no sólo nos fijamos en esa pobreza sino que además queremos pensar en los indigentes y los pobres, cuyos grupos de seres sin lo necesario, incluso la pobreza infantil, no sólo en España sino también a nivel internacional y desde la OMS (Organización Mundial de la Salud), u otras ONG (Organizaciones no gubernamentales),se podría hacer una gestión económica a escala Multinacional, de tal manera que la riqueza quedase bien repartida, pensar no sólo en los países que lo están pasando mal, sino también aprovechar para que las ayudas lleguen a todos, esto sería posible siempre que solidariamente se cubriesen todas las necesidades a nivel internacional. (Ahora que estamos en crisis, pensar en nuestros pueblos hermanos carentes de lo necesario). Quiero decir, pensar en África, la India, USA, Europa, Oriente…. Incluso en nuestro país y aprovechar la coyuntura para distribuir mejor la riqueza.

Tenemos no obstante que hacer un esfuerzo supino para meter toda la pobreza en un mismo saco y solventar todos los problemas de desigualdad. (Quizá esto sea una utopía).

Ahora vivimos un momento lleno de dolor y muerte algo similar a una guerra, la cual sirve para que el hombre y la mujer se manifiesten como seres bondadosos, más caritativa.

Por otro lado mi punto de vista frente al problema de la pandemia, viene a declarar que el Estado de Alarma (mal que nos cueste económicamente) no debería perder su vigencia, hasta que se encuentre una vacuna para todos. No podemos obviar que por el camino se nos han ido algunas personas, sobre todo personas mayores con riesgo que no han superado el coronavirus y debido a su situación de salud, la muerte se los ha llevado… por ello habría que buscar el remedio frente a esta virulenta enfermedad.

Pues bien, la cuestión o el problema adyacente que encuentro en esta situación, deviene de la acción de ir paulatinamente volviendo a la normalidad. Hace que las fases que van desarrollándose poco a poco hacen que algunas Comunidades Autónomas sufran discriminación. Al decir esto quiero expresar la necesidad de cada Autonomía de ser tratado con igualdad.

Esta idea surge de la lectura de la Constitución Española que defiende que el gobierno territorial de todas y cada una de las Comunidades ha de ser equitativo y ecuánime, sin ser tratados con diferencias, todos han de recibir los mismos beneficios y ser valorados con los mismos patrones. Vivirán una dimensión territorial llena de significado, cada Comunidad lucha y se organiza gracias a la gestión política derivada de los diferentes poderes representados en las Cortes Autonómicas.

No hagamos de nuestra tierra un lugar ajeno, sino algo común a un país: España que se desarrolla bajo una situación (común a todo el globo terráqueo) de crisis de salud y falta de desarrollo económico.

No quiero provocar un escándalo, pero soy de la opinión de que deberíamos continuar con el desarrollo de la desescalada hasta tener controlada la enfermedad y subsanada la cuestión monetaria. Vemos una esperanza, pero yo lo dejo ahí, existe la posibilidad de permitir en alguna zona, el turismo.

El turismo ayuda a nuestro anfitrión: España, a no caer en la desgracia económica y continuar pero si hay cuarentena… será difícil, habrá que apretarse los cinturones.

Mientras me refugio en mi casa veo que el confinamiento hace que los hombres y mujeres se den cuenta de aquello que a diario hacen mal. El hecho de vivir enclaustrado nos evoca aquel libro que leímos hace ya un tiempo: “El diario de Ana Frank”. Ella vivió una guerra (con muchos muertos) y nosotros estamos también estamos recluidos (también viviendo la desgracia de muchos muertos).

Paralelamente con el trabajo desarrollado por el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hay un caso aún no resuelto, que aprovechan otros políticos de otros colores los cuales aseguran, que la manifestación del día 8 de marzo (día de la mujer trabajadora) a nivel europeo, fue una imprudencia que se celebrase, eso aseguran los que mantienen un litigio por esta causa. Al respecto nosotros nos mantendremos en la consideración de presunción de inocencia y pendientes de oír el dictamen del Tribunal Supremo a cuyo juicio ha quedado apelado.

Mientras nos mantengamos entre la vida y la muerte, no hay otra cosa que hacer las cosas políticamente correctas.

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