Ha comenzado el curso escolar, y el otoño, y con todo ello el gobierno se ha puesto manos a la obra. Muy optimista, por cierto, y asegurando (como otras veces no ha cumplido) que en 2014 no subirán los impuestos, aparte de que nos ha indicado que ya se está acabando la recesión.
Si no puedo ser negativa para no resultar ser un gafe, al menos puedo permanecer con una actitud de escepticismo por cómo observo la realidad de nuestro día a día.
El caso es que no habrá subida de sueldos a los funcionarios, luego seguiremos perdiendo poder adquisitivo.
La pobreza nos llama a la puerta, para que nos tranquilicemos nos han dicho que cobraremos la paga de Navidad y que el año que viene nos darán las dos pagas extra.
El problema del paro hace estragos en la visión general de la situación social. La seguridad social pierde cada día más su carácter protector: ambulancias, también medicinas gozan novedosamente de un copago por parte del afectado justo en el momento en que más susceptible y con menos defensas se encuentra. He oído decir que también habrá que pagar la comida cuando estés ingresado…
Por otra parte, es trascendental el problema de las pensiones. Los gobernantes buscando soluciones aceptables… frente a problemas reconocidos y planteados; ya se sabe: el problema del fondo de convergencia. Que sigue ahí, el agujero por el gasto del pago de las pensiones, frente a la cotización del trabajador que son los ingresos; entre las oportunas soluciones: aumentan la edad de jubilación, se exigen más años de cotización para tener derecho a percibir la cantidad dineraria, por lo que muchos de los actuales y futuros trabajadores quedarán excluidos del sistema de pensiones.
También parece ser que se preparan para llegar a estos objetivos a través de lo que se llama el Factor de Sostenibilidad con dos medidas, cuando menos perversas: una es la llamada revalorización anual, que consiste en aumentar la pensión dependiendo de si existe superávit o déficit en la caja de pensiones en el año anterior. Por otro lado se pone en tela de juicio para alcanzar la equidad, la propia longevidad. Esto es, el llamado factor de equidad intergeneracional, que es la otra de las medidas consiste en que si vives más tiempo tu pensión ha de ser más pequeña para que, en total, no hayas cobrado más que aquél que vivió menos.
Continúan apoyándose en la idea de concienciar a los trabajadores de tal forma que fomentan los sistemas privados de pensiones como solución alternativa para un futuro inminente.
Entonces: ¿qué ha ocurrido?
Todo esto viene condicionado por una sociedad que envejece, (habrá más jubilados para cobrar y menos personas trabajadoras que coticen), la vejez se alarga, (estaremos más años cobrando la pensión).
Eso son dos causas sociológicas que nos dirigen hacia dónde vamos, hacia un estado del bienestar roto.
También hay causas de talante económico que influyen en todo este intrincado problema que nos acecha. Si no hay empleo, hay que crearlo y fomentarlo. Ser empresario corriendo con el riesgo es una solución, otra: abaratar los costes de las empresas para contratar. Quizás el problema tiene algo que ver con nuestra actitud.
Todos tenemos que arrimar el hombro, buscar soluciones fáciles de traducirlos a la situación real.
Creo que la austeridad (palabra últimamente muy empleada por el grupo en el gobierno) es un punto interesante que no debemos perder de vista. Es quizás la actitud que necesitamos potenciar.
No gastar más de lo que tenemos, para no crear aumentos en nuestra cuenta de débito. Es una forma de crear burbujas en nuestra economía, no sólo la falta de liquidez, también de realismo de: “hasta dónde lleguemos”
Nos anuncian que salimos de la recesión: no será acaso un oasis imaginario al que no llegamos pues no existe es sólo un espejismo…. De ahí mi escepticismo.
Creo que un camino acertado, es no alejarnos de la situación en la que se hace totalmente imprescindible intensificar el consumo, que el dinero se mueva, que haya actividad y necesidad de contratar personas para potenciar las ventas, crear necesidades que puedan sufragarse y gastos y ahorrar, analizar las circunstancias con una mente clara, inteligente basando toda la economía en el principio de austeridad en contraposición a lo que causó la crisis: el derroche y el gasto innecesario o el gasto fantasma, engordado a base de créditos que no superan nuestras expectativas, pero sí nos empobrecen en nuestras realidades.
No sé si existe esa salida de la recesión, lo que sí sé es que con estos presupuestos presentados el gobierno cojea un poco en el apartado de las ayudas sociales. Esto no deja de ser un balance falto en lo más importante: enfermos, parados, dependientes… Uno de los logros del anterior gobierno fue “la Ley de Dependencia”, está perdiendo sobretodo capacidad de ayuda real. Son los más necesitados, los primeros en percibir la crisis, y los que sufren ésta con mayor intensidad.
El día que tengamos cubiertas todas las necesidades de los ciudadanos en todos los niveles, será el día de nuestra victoria como seres humanos. No sé si mis ojos verán esta situación.
Mª Teresa Mendoza Hernández.
Licenciada en Ciencias de la Información sección Peridismo