EDUCAR, INVERTIR EN CULTURA

Para educar a nuestros hijos que el día de mañana serán los hombres y mujeres que tomen decisiones, tenemos, nosotros los que formamos el grueso de la sociedad, que dejar en herencia toda nuestra sabiduría, transmitir nuestra cultura y nuestra forma de hacer.

Es sin duda la educación uno de los puntos de desarrollo para alcanzar hitos, para conseguir cotas altas en nuestro caminar hacia un futuro incierto pero esperanzador.

Quizás la trascendencia de la educación hace que cada vez que cambiamos de presidente, o que llega al poder uno u otro partido político, (un bipartidismo que evoca el turno de partidos de la burguesía del inicio de la democracia), la legislación respecto a la educación modifica su norma. Siendo hoy el presidente Mariano Rajoy quien abandera una nueva ley: la LOMCE, que han desarrollado bajo el ministerio encabezado por el ministro Wert, la responsabilidad de su acierto no nos puede dejar impasibles.

Sea como fuere existen voces discordantes que los detractores de dicha ley exigen sean revisadas. Una de las principales preocupaciones a nivel universitario viene de la problemática de la nota exigida para optar a una beca. Un cinco y medio es la medida que criba como condición a los jóvenes para gozar de la ayuda económica necesaria. Algunas de las críticas de dicha decisión lleva a bajar un poco el nivel y dejarlo en cinco, (cuestión bajo la cual nuestra Comunidad Autónoma está considerando entre sus competencias, un poder autonómico que se muestra en parte reticente a observar las condiciones e innovaciones de una ley que no es fácil aplicar).

En la Universidad, nuestra maravillosa Universidad de Salamanca, una de las mejores circunstancias que le rodea consiste en un incentivo a la promoción de la investigación. Parece ser que un superávit de quince millones sirve de aliciente para convocar y captar en dicha institución la reunión de excelentes investigadores en contra de la emigración de los jóvenes cerebros al extranjero, todo ello gracias al Plan de Apoyo, Impulso y Desarrollo de la Excelencia Internacional.

Por otro lado, otra parte de la problemática y quizás lo más relevante viene de la mano de la educación de los niños y adolescentes o jóvenes quienes antes de llegar a su mayoría de edad, viven en colegios e institutos el aprendizaje de las nociones fundamentales para defenderse en la sociedad ante los estímulos que le vienen impuestos por la nueva ley. Así han de acepar por imposición la práctica del bilingüismo que propone aprender dos idiomas independientemente de la lengua oficial de carácter autonómico, todo ello supone tener conciencia de que somos europeos.

También y con carácter obligatorio se hará un control de la fórmula de enseñanza que basará en  pruebas o exámenes tanto de lenguaje como de matemáticas, la posibilidad de llegar a un curso superior. Esta idea nos hace pensar en lo arriesgado de la cuestión por jugárselo todo  a una prueba de aptitud que puede condicionar el futuro de un joven o niño que puede tener un mal día y echar por tierra su preparación por cuestión de nervios.

Fue ya durante los ochenta cuando a las aulas llegó la conocida evaluación continua, que consistía en calificar a los alumnos no sólo por las pruebas de control tradicionales, sino también por su actitud en clase, su facilidad para el trabajo en grupos o su iniciativa y participación en las cuestiones que ayudan a su formación.

Una educación eficiente pasa por la diversificación de la enseñanza. Tema que está en los foros del ágora público, en los mentideros de crítica del sistema educativo. Tratar a los alumnos no como un compendio de público cerrado, oclusivo y vano, sino como la reunión de personitas con personalidad que necesitan una guía en su camino de desarrollo. Cada niño es un mundo, y como ser exclusivo tendrá más o menos capacidad en unas materias que en otras. Cada uno debería tender a incidir en aquello que le agrada y puede servirle de “leiv motiv”. Las clases de apoyo, son vitales… independientemente de la necesidad de una formación multidisciplinar. Aprender y estudiar no sólo para no ser un analfabeto, puede o debe tener facilidad para enfocar su vida hacia una especialización interesante, incluso previa a la formación de oficios.

Algunas asignaturas entre ellas, música, gimnasia y otras de carácter similar no deben obligatoriamente ser controladas por una valoración numérica o al menos, no constar como impedimento para pasar de curso puesto que suponen la formación de disciplinas propias de una especialización, que se puede llevar a cabo en  centros especiales (conversatorio de música, federación deportiva, etc…) También la religión, moral o ética es trascendental hasta el punto de ser imprescindible, su dedicación no sólo en clase de puertas para adentro en su aula sino también en casa, con sus padres que le han de servir de ejemplo. No se puede obligar a tener una conciencia religiosa pero el ámbito de la espiritualidad merece alcanzar un cierto nivel. Quizás un estudio de la historia de las religiones, que no le haría daño a nadie, se podría considerar una opción interesante, independientemente de que muchos centros concertados cubren expectativas presentadas por los seguidores de la iglesia católica, credo mayoritario en nuestra comunidad.

Educar es invertir en humanidad y sapiencia… hagámoslo con inteligencia dando a cada disciplina en su justa medida la importancia que merece.

 Mª Teresa Mendoza Hernández

Licenciada en Ciencias de la Información sección Periodismo

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